David Schwarz es un fotógrafo egresado de Taller cinco en el año 2004, le encanta la cocina, le gusta el vino, la cerveza, tenía un perro y ahora le queda un gato, mide 1,87, le encanta la pasta, le apasiona la fotografía de retrato y en este momento es editor
de fotografía en las revistas Cromos y Shock. Boceto conversó con él de fotografía y otras experiencias, estas son sus apreciaciones.
Para dónde crees que va la fotografía editorial?
Pasa por una evolución muy grande, está ocurriendo un fenómeno desde hace un tiempo en el que se están especializando en diferentes cosas, aspecto diferente porque en un medio de comunicación el fotógrafo debe abarcar todo. En foto periodismo se están destacando muchísimos y muy buenos, hay un fotógrafo que es de seguir y admirar un joven que tiene menos de 25 años, se llama Juan Diego Buitrago Cano, es de los más grandes reporteros y siguen los que están dedicados a moda que es un grupo más pequeño y así también los de fotografía publicitaria están haciendo unas cosas increíbles en campañas, pero me parece que va muy bien.
Más que la visión, son chips diferentes y salir de un lado a otro son como los respiros que he tenido, vengo de hacer retratos de Cromos que me encanta, a hacer fotografía de comida, moda, fotos de entrevistas y luego me mandan a cubrir notas para Shock, el público de esta revista es completamente diferente, los personajes son diferentes, ya que están vinculados a la música, son artistas y en ese caso uno puede experimentar; me encanta la fotografía de bandas en tarima, me parece fantástico aprender a componer con las luces que están en movimiento y ser muy observador, ¡me encanta!
¿Cómo fue tu ingresoa Cromos?
Mi ingreso a Cromos fue gracias a un amigo fotógrafo que fue compañero en Taller 5, se llama César Krrillo fue de los primeros fotógrafos que entro a la publicación llevaba poco tiempo y me llamó un día yo llevaba menos de un mes haciendo prácticas, él me dijo que había una vacante en Cromos el tema era hacer sociales, yo le dije que me parecía “jartísimo”, y que no quería dedicarme a eso, él me dijo si deseaba entrar a un medio de comunicación había que comenzar desde básico.
Acepté, vine a los dos días a la entrevista, entregué mi portafolio de la universidad y me recibieron, pero desde el primer momento que entre les dejé claro que no quería trabajar en sociales, no me gusta pero lo hago bien, después me salió un reportaje para El Espectador y les gustó, hasta ese momento era quíen reemplazaba a los fotógrafos del diario, y de las revistas Cromos y Shock cuando se iban de vacaciones o no podían, en eso fueron dos años y dos meses en sociales. Se abrió la vacante en Cromos para fotógrafo de staff porque el fotógrafo que estaba se iba para Cali, me ofrecieron el cargo y hubo un mal entendido en costos y cuando yo iba a aceptar me dijeron ya se abrió convocatoria y hay 11 fotógrafos, me mandaron a hacer sociales a la plaza de toros, aclaro no seguidor de los toros, así que dije hago las fotos y me voy, cuando iba en la puerta alguien me dijo que faltaba la última corrida que como no me iba a quedar, hice un reportaje súper bonito pensando solamente en mí, al otro día cuando llegué me pidieron las fotos y el director de fotografía me dijo que necesitaba por lo menos una foto de la corrida, y él entró donde el director y como a los 10 minutos me llamaron y me preocupe, me dijeron que esa era mi prueba que iban a hacer un reportaje con mis fotos, se escogieron 6 fotos y fueron de doble página, no necesitamos ver otro fotógrafo pase por personal, ya se imaginarán la alegría.