La concepción evolucionista del hombre no proviene únicamente de la compresión de su capacidad intelectual, pues además de ésta son importantes varios cambios físicos con respecto a los animales más cercanos: La falta de pelaje, cambio de postura, dentadura, entre otros. Dichos cambios poseen una relación directa entorno a la forma del razonamiento. Sin embargo, una extremidad en particular sería esencial para la evolución humana, conocida como la extensión del cerebro, su máxima representación exterior: las manos. Son ellas las que ejecutan la mayor parte de las tareas que el cerebro propone, catalogadas como la herramienta que ha ayudado al hombre a evolucionar, crear y comunicar.
Por ello, las manos son un elemento importante para determinar parte de la complejidad de una persona, y es que poseen un alto grado de percepción con respecto a otros miembros del cuerpo en donde las estructuras cerebrales dan razón de la relevancia de algunas estructuras corporales. Esto está fundamentado desde la organización cerebral explicada en la formación del Homúnculo de Penfield; causa su trabajo, se trata también encontrar mayores rasgos de los que se registran habitualmente.
El cerebro crea un mapa corporal por medio de la sensibilidad que conlleva a cada parte de éste. Visto en representación gráfica se evidenciaría una desproporción, donde las manos, labios, lengua y orejas ocupan un mayor espacio en la corteza del cerebro, siendo las manos un elemento de gran importancia tanto para el cerebro como para el hombre.
Así, se deduce que el rostro no es la única prioridad durante el desarrollo del cerebro, por ello se pone en estudio la insistencia de usar esta parte como la protagonista de los retratos producidos y por producir. Por ello se busca mostrar una mayor realidad sobre las personas por medio del retrato de sus manos, y comprobar si las manos revelan algo más allá de lo que nos muestra la figuración de éstas o tal vez más rasgos de los que nos puede comunicar un rostro. Tomando como lugar de estudio el sector rural, específicamente Aquitania, Boyacá, para hallar el estilo de vida que llevan los cultivadores de ésta zona por medio del análisis de sus retratos. Más allá de hacer notar el esfuerzo que les causa su trabajo, se trata también encontrar mayores rasgos de los que se registran habitualmente.